Normalidad


Estamos viviendo de la manera en que pensé que íbamos a vivir: una pareja tranquila que se respeta y que comparte con alegría.

Lo de antes no era una situación normal sostenible, al menos para mí. No voy a ponerme a analizar si existían motivos o no existían, sólo me he centrado en los resultados y los resultados eran francamente malos.

Creo que Judit no se había puesto a pensar lo mal que yo me sentía en esta relación, y cuando lo hizo apretó el freno. Estos días ha sido una princesita, igual que cuando hablábamos por teléfono a 10.000 km de distancia o cuando nos vimos la primera vez.
Que antes estábamos muy lejos y que en Sevilla estábamos de vacaciones es muy cierto, tan cierto como que aquel presente no hacía pensar en un futuro juntos, porque una pareja no puede funcionar sólo si está de vacaciones o alejada. Por suerte hoy está todo mejor, mucho mejor. Esperemos que en adelante ésta sea nuestra normalidad.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Después de todo, errar es humano

Pablito

La dificultosa finalización del control