Errar es humano

El exterior de la casa de piedra y madera siempre cubierto de polvo contrasta con el lustroso interior de caoba. Una gran sala en forma de cruz es el corazón de esa vivienda que él mismo se encargo de diseñar. La madera oscura confiere al espacio un aire acogedor y a la vez suntuoso. La galería que rodea la totalidad del perímetro de la vivienda de planta cuadrada es la única barrera que se interpone a los rayos impiadosos de un sol que a veces parecería capaz de convertir el lugar en un verdadero desierto. El doble vidrio de los ventanales y un moderno equipo de refrigeración mantienen la temperatura interna en unos agradables dieciocho grados. Un hogar alimentado por quebracho colorado se encarga de hacer agradables los días del crudo invierno. Sobre una mesa ratona de grandes dimensiones descansan unas revistas apiladas, una tableta que atesora decenas de libros, la gran mayoría a la espera de ser leídos, una botella de Baileys, una copa y el mando a distancia del equipo de música.

Sueño y realidad se autoexcluyen. Cuando se sueña la realidad desaparece y cuando se está en la realidad el sueño ya no tiene sentido. Yo soy demasiado terrenal para poder soñar, o demasiado cobarde, no sé. Es que no puedo ilusionarme, no tengo esa capacidad. Yo soy de tratar de avanzar sobre seguro y lamentablemente en esta vida nada es seguro, mucho menos los sueños. A la hora de proyectar siempre se me ocurren situaciones totalmente verosímiles y las pocas veces que vuelo lo hago a muy baja altura. Me llama la atención que la cercanía de la concreción hace que los sueños se desdibujen, tendría que ser al revés, es como si la realidad cercana los diluyera, por eso que digo que no hay que ilusionarse demasiado ni prometer lo que no se puede cumplir. Pero es difícil no dejarse llevar por el impulso, eso lo comprendo. El problema es que después, cuando se acerca el momento, la gente se da cuenta que habló sin pensar. Eso en el mejor de los casos, porque en la mayoría, las personas se ol

Parece que las piezas lentamente se van acomodando. Mis piezas, en particular, encuentran su lugar de la mano del escitalopram, pero si el resultado es bueno el medio no es importante en este caso. Eva está mucho mejor también, pero ni ella ni yo encontramos motivos para la mejora, como tampoco pudimos explicarnos las razones del desánimo que la acompañó durante dos o tres semanas. Cuando no hay un solo motivo las explicaciones se hacen mucho más complicadas. Me sorprendo gratamente pensando en el futuro... y más raro aún, ahora las cosas no me parecen tan trágicas.

Los roles se han invertido y ahora es Eva la desanimada. Yo la entiendo perfectamente. Fue más fácil mientras la ilusión era mayor que la esperanza, cuando estar juntos era solamente un deseo dorado y lejano. Ahora que todo es más factible comienza a sentir lo doloroso que podría ser el desarraigo. Me la imagino mirando los paisajes de siempre y descubriendo que son parte de ella, como los gritos familiares y la mesa navideña. Hasta ese calor insoportable tiene algo de entrañable. ¿Y ese sol? ¿Y ese mar? El sol de cada lugar es único y también el mar. Qué decir de los afectos, qué decir de sus amados "perrines". ¿Con quién darán esos largos paseos? ¿Quién los va a cuidar como los cuida ella? ¿Quién le dirá "Princesa" a esa perra grande y cariñosa? Elección y renuncia son las dos caras de una misma moneda y a veces renunciar se hace imposible.

Por suerte siempre alguno de los dos está en la superficie. A veces le toca a uno tirar del carro y otras veces al otro. Parece mentira lo dificultoso que está siendo este último tramo. Si la proyección se mantuviera igual los últimos meses serán espantosos.Yo no sé por qué algunos humanos somos tan raros. Para colmo de males ni Eva ni yo hemos aprendido a disfrutar. Decía Coelho que se comienza con la "suerte del principiante" y se termina con la "prueba del conquistador". A no desesperar. "La prueba del conquistador consiste en que el Alma del mundo te pone a prueba justo al final de realizar tu Leyenda Personal para comprobar todo lo que aprendes durante su búsqueda y para ver si te rindes o sigues hacia delante."

Todos los miedos terminan en el miedo a sufrir, los demás miedos son las máscaras de ese miedo básico. Creo que es por eso que las personas que han sufrido mucho y han salido adelante son comparativamente mucho más fuertes que quienes hemos tenido vidas suaves, porque ellas saben que pueden reponerse del sufrimiento, porque ya conocen a la bestia y la han vencido, cuanto menos una vez. Yo creo que el miedo es el origen de todos o casi todos los males, al menos es lo que surge cuando me analizo a mí mismo. Estoy pensando que quizá actuar con valentía me termine convirtiendo en valiente. Por otra parte no veo otro camino.

Ayer Eva estuvo mal, triste, agobiada. La injusticia del mundo la afecta demasiado. Su alma es muy sensible al dolor de quienes poco o nada pueden defenderse y se debate entre la impotencia, la rabia y la tristeza. Si no fuera por personas como ella el mundo sería aún peor, porque la gran mayoría hemos dado por sentado que nada puede hacerse y como consecuencia nada hacemos. El problema de los que hacen es que siempre les parece poco lo que están haciendo, pero justamente esa misma insatisfacción es el motor que mueve la maquinaria altruista. El hecho es que Eva no fue Eva durante todo el día, a pesar de su esfuerzo, y yo tampoco fui yo. ¿Por qué? porque en ningún momento me pareció que Eva había dejado de quererme o ese tipo de estupideces que suelo sentir cuando estamos distintos que de costumbre, así que traté de acompañarla y no agobiarla con preguntas innecesarias. Finalmente a la noche me contó qué le pasaba en realidad y hoy por la mañana era la Eva de siempre y yo parezco un ti

Qué rápido pasa el tiempo, aunque a veces los segundos parecen siglos. Hay períodos que pasan sin dejar registro y otros son un tobogán de sentimientos y sensaciones. Los 202 días que siguen serán especiales en todos los sentidos. Eva tiene uno de esos días en que debe luchar para mantenerse a flote y para colmo el calor no la deja en paz.

Debería haber sido arqueólogo, o mejor forense. Si fuera animal definitivamente un carroñero. Sino podría haber sido historiador. Si fuera escritor sería dramaturgo. También podría dedicarme a seguir tornados ¡Qué obsesión por el pasado y por los desastres! ¿Es que no puedo ver el sol detrás de las nubes? ¿Y si levanto la vista? ¿Y si miro hacia adelante?

Quiero creer que es posible que pueda tener una vida en armonía. Sé que de mi parte el esfuerzo está asegurado porque las alteraciones me ponen muy mal. Sábato decía que sus mayor problema era la susceptibilidad. En su momento no me pareció nada grave, pero en realidad no es algo menor. " La susceptibilidad es una característica de la personalidad que hace que, quien la padece, sea muy sensible a las acciones y comentarios de quienes les rodean . Normalmente estas personas tienen mucho miedo al rechazo o a las burlas y suelen reaccionar de manera agresiva o vengativa contra las personas que no las tratan como ellas se merecen. Carecen de sentido del humor y de tolerancia a las bromas o las críticas. El mayor problema de las personas susceptibles no es solamente que no sepan aceptar el rechazo o las burlas sino que suelen ver ataques de los demás que realmente sólo están en su imaginación . Su manera de pensar es retorcida, siempre están a la defensiva y buscando cualquier mínima